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sábado, 12 de abril de 2014

PRÁCTICA DEL DECÁLOGO DEL BUEN GESTOR

            Desde que somos pequeños, a diario se van presentando situaciones en las cuales se denota en las interacciones sociales, un elemento que sobresale del resto de los participantes, es aquel que sin saberlo controla o maneja los juegos. Es quien arma el equipo de fútbol, de tal manera que ambos equipos queden parejos en condiciones técnicas y numéricas y exista en buen chileno “coyera” entre los contrincantes, es a la vez a quien siguen tocando el timbre en alguna casa para luego salir corriendo, ya en el colegio lidera los grupos académicos y extracurriculares, ese pequeño sin saberlo está convirtiendo, lo que en la escuela moderna de administrador llamaríamos un gestor, o quien direcciona los elementos de su organización próxima al cumplimiento de objetivos.
Por consiguiente, a continuación se expondrá sobre los factores más significativos de lo que definiremos como “el decálogo del buen gestor”, lo cual estará sustentado en mi experiencia propia como líder de comunidad juvenil en las denominadas colonias urbanas, grupos de acción social destinados a darles a niños en situación de riesgo un pasar mas agradable y extraerlos de su realidad por unos momentos mediante dinámicas recreativas de grupo.
Objetivos Claros y fijación de metas: son las dos primeras claves de nuestro decálogo, los objetivos para nosotros eran concretos, los cuales se medían a través de metas, en primera instancia sabíamos que siendo un grupo reducido de participantes, teníamos que aumentar nuestra planilla, lo cual se hacia convocando a participantes de otros movimientos sociales de la comuna, tanto de participantes de la Iglesia Católica, clubes de fútbol, centros de Madres, hasta los bomberos, sabíamos que todos los elementos podían aportar con sus experiencias propias, tanto reflexivas, deportivas, en la cocina y de cuidado personal y primeros auxilios respectivamente, teníamos que tener el mejor equipo sabiendo que nuestra misión era darles aunque sea por una semana, lo mejor de sí a esos niños tanto a nivel reflexivo, recreativo y alimenticio. Ya con esto, nuestra segunda meta era facilitar todo lo necesario, materiales didácticos, alimenticios y artículos de aseo y cuidado personal.
Pensar en el futuro: meses antes de nuestra actividad nos reuníamos planificar toda la semana de actividad, como líder me correspondía conocer uno a uno a mis tíos de grupo, sabiendo sus competencias, habilidades y experiencias previas, se armaban los grupos de  trabajo los cuales estarían a cargo de niños y niñas divididos de manera mixta por rangos etarios, estos grupos de tíos vistos como sub sistemas de la organización en general, me entregaban todo su plan de trabajo, incluidos los materiales que necesitaban. Por su parte las tías de la cocina, en ocasiones algunas madres de los propios tíos, hacia su parte con el menú y con lo que necesitaban para cocinarlo. Por último pero sin ser menos importantes algún tío del cuerpo de bomberos me indicaba lo básico para el botiquín de primeros auxilios. En un pensamiento de un sueño Idílico, todos sabíamos que nuestro objetivo era enriquecer el futuro de esos niños, ser unos modelos a seguir y sacarlos de la idea que ser pobres era sinónimo de ignorancia y delincuencia, creíamos en la resiliencia.
Ser, saber, saber hacer: El trabajo previo era fuerte, miembros del mismo grupo confeccionaban talleres teníamos plena confianza en lo que sabían, muchos de ellos ya tenían experiencia, en el ámbito de salud, una compañera bombera y estudiante de enfermería, nos inducia en las técnicas de primeros auxilios, del deportivo, un estudiante de educación física se encargaba de enseñarnos nuevas dinámicas de grupo, acorde a las edades, el mismo juego no sería apropiado para un niño de 4 años y otro de 13. Así cada tío aportaba con lo que sabía, éramos personas personales, por mi parte como Psicopedagogo, me encargaba de dar algunos enfoques de aproximación a los niños, de cómo hablarles y ser asertivos en nuestro actuar.
Ser asertivos: en el tiempo previo a la actividad nos cuidábamos de nuestras acciones, la proximidad geográfica no era tan demarcada, éramos en ocasiones vecinos, por lo cual nuestro actuar tenía que ir acorde a lo que más adelante expondríamos, no se podía ver a un tío, en alguna actitud comprometedora, como por ejemplo en un pleito deportivo, como líder de grupo mi asertividad debía ser más aun consecuente con mi discurso, como joven muchas veces era lo que más costaba.
Causa y efecto: Este principio tanto para mí como gestor del movimiento estaba claro, todo lo que  pudiera hacer tanto positiva como negativamente tendría una consecuencia, si cumplíamos un objetivo también, muchas veces la frustración ante una negativa de donación de materiales nos mermaba el ánimo, decaíamos pero era ahí que la motivación como movilizador de cambio surgía, volvíamos a mirar nuestra misión y esto tenía un efecto estimulante para todo el grupo.
Aprendizaje con el cuerpo: todo se aprendía en pocos meses, pero sin lugar a  duda los aprendizajes más significativos eran los logrados a través del cuerpo, tales como las dinámicas de ronda, y los primeros auxilios, todos debíamos estar preparados ante una emergencia. Dentro de esta misma esfera corporal, abogaba como monitor, al compromiso de todos, para mí era más importante un colaborador, que tuviera una asistencia constante, que se comprometiera al 100% con el grupo, que otro que no venía a las sesiones y solo aparecía semanas antes a la actividad, el compromiso requería cuerpo.
Afecto y aprobación: el conocer a mis tíos implicaba saber todo de ellos, estar preocupado de sus rendimientos académicos, cumpleaños, relaciones amorosas etc., para mi eran mi equipo, una familia, por lo cual dado el trabajo anual siempre nos preocupábamos de celebrar cada uno de sus logros y acompañarlos cuando pasaran algún percance.
Decisiones: en esta esfera me correspondía tomar decisiones las cuales debían ser tomadas en los momentos precisos, oportunamente, ante una emergencia, la caída de un niño, tenía que tomar un plan de acción, delegar funciones, uno debía ir avisar a sus padres, otro ver la ficha del niño, por último el especialista debía evaluar si era algo menor o requería una derivación a un centro de asistencia, los cuales estaban ya avisados de nuestra actividad, todo en el  instante y momento preciso.
Todo lo que podemos definir es lo que sabemos: En los talleres nos preparábamos para las eventuales preguntas de los niños, ya con 13 años algunos incursionando en las relaciones afectivas era un hecho las preguntas, se preguntó ¿Qué es la sexualidad? Muchos ya adultos y creyendo saber, no tuvieron una respuesta concreta, es ahí que se hace necesario la construcción de significado a las cosas.
Liderazgo: ser líder no solo es algo de titulo, es algo que se gana, el estar empoderado de un tema te hace sobresalir sobre los demás, y la capacidad de influir en las acciones de los demás, es algo que no se puede medir en un test formal, será algo situacional, en el momento se verá la capacidad que tienes, de cumplir cada una de las etapas del proceso, planificar, organizar, dirigir y gestionar en la mayoría de las veces será situacional.
Este fue un largo proceso, el cual viví por más de 10 años, con satisfacción ves que hoy esos niños que pasaron por tu grupo son hombres y mujeres formadas y con gusto les respondes un saludo cuando te encuentras con ellos y ya adultos te saludan con un hola tío, en ellos ves que un sueño se puede concretar con una adecuada Gestión.






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